Thursday, February 11, 2016

Experiencia de Misión en Ciudad Juárez

Por: Petra Peña Matias, CCVI

Queridas hermanas y hermanos, quiero compartir con ustedes parte de mi vivencia más reciente   en Cd. Juárez. Esta ha sido de entrega y acompañamiento a las personas en colonias marginadas, las cuales sufren abusos, injusticias y violación en sus derechos.  Al acompañar a estas familias  a través de la  oración y reflexión de la palabra de Dios;  he ido descubriendo que son personas con muchos valores, con capacidad de liderazgo para salir adelante, pero por la falta de recursos no han tenido la oportunidad de una adecuada preparación. Nosotras las Hermanas que participamos en el Centro Mujeres Tonantzin, hemos promovido a las mujeres, niños, niñas y jóvenes a través de diferentes talleres y constatamos que es posible que estas personas puedan vivir con más dignidad como hijas e hijos de Dios.

Damos gracias a Dios porque varias de estas mujeres, jóvenes y niños, se han beneficiado y van logrando liberarse de la opresión, pobreza y marginación; a pesar de que algunas no saben leer y escribir, hoy son personas felices capaces de entablar un diálogo, una conversación, saben  cuestionar, ya no se quedan calladas como antes. Ya tenemos algunos jóvenes que han terminado la Universidad, gracias al apoyo de personas generosas que colaboran mensualmente con el Centro, para la educación y formación de los jóvenes, niños y niñas, para que sean mejores ciudadanos para servir a la sociedad. También se apoyan a personas de la tercera edad.

El entorno en que viven estas familias ha ido cambiando, sus viviendas han mejorado, hemos plantado árboles para mejorar el ambiente, sean sembrado huertos para tener una alimentación orgánica y sana. Se plantaron árboles frutales; se motiva a las familias para la crianza de animales de traspatio como son: gallinas, conejos, ovejas, cabras,  para  autoconsumo y  vender algo para  mejorar su economía.

La construcción de sanitarios ecológicos y filtros para reciclar las aguas grises ha ayudado al crecimiento de estos árboles y cuidado de la creación; También he dado talleres de ecología y medicina alternativa (de hierbas) a varios grupos de mujeres. Me lleno de alegría y gratitud en el Señor, al verlas actualmente como ellas elaboran sus jarabes, pomadas, tinturas, micro dosis, etc.,  Para las enfermedades más comunes de la zona; diarrea, gripa, temperatura, infecciones del estómago, de la garganta, tos, dolores, golpes; todo esto para atender a sus familias y para vender.
En una colonia, las mujeres hacen pan y lo venden para el mantenimiento de su centro, en otras dos de las  colonias las mujeres aprendieron corte y confección,  ellas hacen los uniformes de sus hijas y algún trabajo que les piden, esto les ayuda en su economía.

Es así como nosotras las Hermanas que formamos el Centro Mujeres Tonantzin, estamos haciendo presencia del amor misericordioso del Verbo Encarnado, caminando juntas con estas hermanas y hermanos nuestros, buscamos la justicia y la dignidad de hijas e hijos de Dios, queremos ser esas manos que apoyan y sostienen, que abrazan, que consuelan y acompañan a nuestro Señor Jesucristo  que sufre en esta multitud de hermanos y hermanas.

Mi experiencia en esta misión me llena de vida, energía, gozo, alegría, quiero compartirles que soy muy feliz al convivir con estas familias, Gracias a  Dios que me dio la oportunidad de servir en  esta Misión. 

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